La semana pasada, dos de las organizaciones aliadas del programa EcoGourmet, ASPACP y PESCAMAR, recibieron en Panguí y Arusí (corregimientos de Nuquí), a tres cocineros bogotanos: Nicole Muñoz de Albacora, emprendimiento de comercialización de pesca responsable y a Andrés Callejas y Santiago Abaunza del Grupo Halita, restaurante de cocina abierta.

 

El encuentro tenía como objetivo intercambiar las experiencias que han vivido pescadores, comercializadores y cocineros, actores fundamentales de la cadena de valor de la pesca artesanal, en el proceso de comercialización de productos pesqueros. Para esto, se hizo un análisis de las diferentes etapas por las que han tenido que atravesar las organizaciones para lograrlo, de los retos a los que se enfrentan unos y otros para obtener un producto de excelente calidad y de las alternativas que existen para potenciar el aprovechamiento de los recursos.

 

El intercambio empezó con un diagnóstico del pasado, presente y futuro de las organizaciones en el marco del proceso de fortalecimiento participativo del programa EcoGourmet. Un pasado lleno de dificultades por falta de infraestructura, capacitación técnica y trabajo en equipo para alcanzar un bien común, lo cual no les permitía ver más allá de su oficio diario y los mantenía restringidos a ventas locales. Un presente que no deja de tener retos a superar pero que les ha permitido empezar a verse como emprendimientos rentables que le apuntan al mejoramiento de la calidad de vida de sus miembros, e incluso, de sus comunidades, con roles y responsabilidades definidas, expectativas de comercialización a nivel nacional y un compromiso fuerte con las buenas prácticas de pesca y de manufactura.  Y un futuro lleno de oportunidades, enfocado en un comercio justo y equitativo, en dónde se implementan diferentes estrategias para fomentar la comercialización de productos con valor agregado y de forma estable a lo largo del año. Un futuro que les permite soñar con llevar sus productos a muchos restaurantes y hogares colombianos y, por qué no, hacer conocer sus productos por fuera del país.

 

Después de ese ejercicio, se desarrolló un dinámica de intercambio de roles entre los pescadores y los cocineros invitados, que permitió analizar la tarea de un actor desde la perspectiva del otro. De esta manera, los aliados comerciales evidenciaron las dificultades en la dinámica de captura y los obstáculos y costos de la logística de envío de los productos pesqueros, pero también la inmensa sabiduría y compromiso de las organizaciones. Por su lado, los pescadores entendieron la importancia del papel que juegan los aliados comerciales como facilitadores de la operación comercial y las exigencias que requiere un producto para ser considerado de excelente calidad.  Un espacio maravilloso de entendimiento y colaboración que, sin dudas, traerá beneficios a todos.

 

Por último, se realizó una sesión práctica que estuvo a cargo de nuestros invitados, en la cual Nicole, Santiago y Andrés les enseñaron diferentes técnicas de transformación, conservación y aprovechamiento de los productos pesqueros, orientadas a generar valor agregado y a optimizar su operación. Esto, acompañado del análisis de costos de éstas alternativas se convierte en una motivación para las organizaciones que ya están muy entusiasmadas con los logros alcanzados hasta el momento.

 

La experiencia vivida por los cocineros les permitió trabajar en equipo con las organizaciones en su territorio, rodearse y entender el contexto local de los pescadores, así como  escuchar sus historias y los sueños que comparten. Esto les ayudó a entender la dificultad que presentan los procesos a lo largo de toda la cadena de valor de la pesca para las organizaciones Nuquiseñas. De la misma manera, las organizaciones de pesca artesanal reflexionaron sobre la percepción positiva que se origina en los aliados comerciales al trabajar con buenas prácticas de pesca y al comprometerse al cumplir los criterios de sostenibilidad que promueve el programa EcoGourmet.

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